Pues ya tenemos aquí una nueva aventura a la que
enfrentarse, esta vez ha tocado el Soplao, el infierno cántabro. 163 kms y
4800m de desnivel positivo es un buen reto si le unimos la famosa climatología de
la zona.
El viernes nos juntamos unos pocos locuelos, Toño, Juanjo, Marco,
Pai, Isma, Miguel, Roser y yo, para comenzar el viaje a Cantabria. Allí nos juntaríamos
con Pau y jose, que salían más tarde. Con todo cargado, partimos hacia Cabezón
de la Sal, con una buena dosis de ánimos. Nada más llegar, ya notas un aire
diferente en el ambiente, que esto no es cualquier marcha, los adornos en
rotondas y casas del pueblo son un buen indicativo de ello. Sientes los primeros
cosquilleos en el estómago.
Nos vamos a recoger los dorsales, donde, tras una pequeña
espera, nos informan a Marco y a mí, que tenemos que ir a Incidencias, algo pasa
con nuestra inscripción. Qué coño pasará?? Entre sorprendidos y algo de
mosqueados, nos ponemos en una enorme cola. Por si faltaba algo, chispeaba.
Tras una hora, conseguimos nuestro dorsal, no sin antes descubrir que algunas
federaciones (entre ellas la nuestra), no habían hecho bien su trabajo.
Toño y Juanjo se habían ido a su alojamiento con spa, y
nosotros nos fuimos a cenar. Desafortunadamente, el lugar que teníamos pensado
ir a cambiado de dueños y ya no hacen
menús especial ciclistas, ellos se lo pierden, y pedimos consejo a la dueña de
la posada donde nos alojábamos, por cierto, recomendable 100x100. Nos envió a
un restaurante de otro pueblo, donde, comer comimos bien, pero tampoco hubo
pasta. Allí nos juntamos con Jose y Pau, y preparamos la estrategia del día
siguiente, para intentar salir todos juntos.
Nos fuimos a la posada, y tras preparar todo para el sábado,
a dormir.
5:45 de la mañana, nos levantamos y bajamos al salón, donde
teníamos preparado el desayuno, y que desayuno!!! Hasta arriba nos pusimos.
Llegan Juanjo y Toño, así bajarán con nosotros hasta la salida. Marco y Roser
se van con la fragoneta, ya que será nuestro vehículo para la vuelta. Los demás
bajamos 4 kms en bici. Que pasada, coches por todos lados, gente en bici,
andando, impresionante, 9000 y pico personas buscando su posición para cuando
den la salida de las respectivas categorías. En btt somos 4500, una barbaridad
contando el nivel de la prueba. Al final conseguimos colocarnos en la salida,
en una bocacalle donde podíamos indicar a
Jose y Pau como localizarnos. Y así fue, nos encontraron. Ya estamos los
10. Mucha suerte a todos!!!
Las 8, dan el pistoletazo de salida, pero donde estamos no
se oye nada, un ligero aumento del murmullo. Poco a poco, y andando, entramos
en la calle principal de salida, donde, ahora sí, podemos pedalear y escuchar
esa mítica canción de Ac/Dc, Thunderstruck, que te pone la piel de gallina. Los
laterales de la salida están abarrotados de gente que no para de animar, que
sensación!!!!
Vamos pasando los primeros metros y el grupo ya se ha roto.
Miguel, Pai, Roser e Isma van por delante, yo voy muy cerca, pero Toño y Juanjo
me adelantan como una exhalación, es la táctica que utilizan siempre, y aquí no
iba a ser menos. Detrás, el resto, Marco, Pau y Jose, que tenían la intención
de hacerla juntos. Consigo unirme al grupete de Miguel y Roser, justo cuando
llegamos al tapón del km 3, un tapón lógico, ya que de ir por asfalto pasamos a
una pista, estrechándose el paso, y acto seguido subimos Santibañez. Andamos un
buen trocito, donde pierdo a Pai, Roser e Isma, mantengo distancia con Miguel y
aún puedo ver a Toño.
Tras la parte de duatlón, ahora sí comenzamos a pedalear, y
subimos el alto de San Cibrian. Me pongo con Miguel, a buen ritmo y vamos adelantando.
Seguimos por San Vicente del Monte, luego el Alto de Carrancias, donde creo que
es donde Miguel para a miccionar, y aunque le digo que le iré esperando, por mi
cabeza solo pasa ir a por Toño y Juanjo. En el descenso antes de La Cocina
consigo ponerme a sus ruedas, y ya me quedo con ellos. Decir que en esa bajada
pierdo uno de mis 2 bidones, toca ir regulando el agua entre avituallamientos.
La subida de la Cocina es de las que me gustan, muy intensa
de porcentaje y con el terreno roto, a excepción del inicio que lo han
hormigonado, y se hace más asequible. Subimos con la calma, queda mucho por
delante para ir quemando energías tan pronto. Tras un corto descenso,
comenzamos la subida de la Florida, que nos llevará hasta las cuevas del Soplao.
Es una subida de asfalto, con varios tramos en “S”, pero sin pendientes duras.
Me separo unos metros de Toño y Juanjo, pero no quiero irme y subo tranquilo
manteniendo la distancia con ellos. Tras coronar, llegamos al primer
avituallamiento en el km 30. Tras rellenar el bidón, veo llegar a Miguel con
Pai, vienen enchufados. Tras ellos Juanjo y Toño, que hacen una parada
relámpago, y se van rápidos. Decido quedarme con Miguel y Pai, no sin el temor
de ver a que ritmo me van a llevar.
Volvemos a ponernos en marcha, bajando a Celis. Pasamos
Puentenansa. Hasta el km 60 solo tenemos que afrontar la ascensión al Monte AA,
que tiene unas rampitas majas al principio, pero luego suaviza bastante. Hasta
llegar allí, el ritmo es alto, con mucha carretera, donde Miguel enseña sus
cualidades, pero también es donde conocemos a Berraco2, el hermanastro de
Trapero, un morlaco en toda regla. Nos adelanta a todo trapo y nosotros nos
lanzamos a su rueda. Ese Berraco nos
llevó a full hasta el inicio de Monte AA, donde sus compañeros le hicieron
parar.
El puerto comienza con intensidad, pero me encuentro en mi
salsa, y cojo unos metros respecto a Pai y a Miguel. Cuando la cosa suaviza,
reagrupamos. Pai nos informa que tiene unas ligeras molestias en un gemelo, y
sin querer hace que nos unamos más, no le vamos a dejar solo. La situación no
es grave, las molestias viene en zonas exigentes, y ya hemos pasado unas
cuantas, ahora toca los puertos largos.
Bajamos a Ruente, donde hay un gran número de personas recibiéndonos
y animándonos mientras cruzamos un puente. Allí sufrimos otro pequeño tapón,
pero es aprovechado para comer algo y disfrutar del espectáculo. Es increíble la
de gente que se aglutina en las calles, animando sin parar. Tengo que reconocer
que estas situaciones son nuevas para mí, y mi reacción fue algo peculiar. Allí
por donde pasaba, animaba a la gente a que nos animaran, y la gran reacción de
la gente todavía me animaba más. Miguel y Pai disfrutaban a la vez que flipaban
con mis locuras.
Llegamos a Uceda, km 61 y segundo avituallamiento. Aquí
puedes tomar caldito, y no sé que cosas más, pero hicimos una parada normal,
con sus plátanos, rellenado de bidones y algún acuarius. Antes de seguir,
llegaron Toño y Juanjo, los veo muy bien, y nos vuelven a adelantar. Nos toca
subir el Moral. Me doy cuenta de que ahora comienza un Soplao diferente, hasta
ahora el terreno era de los que me gustan, con sube bajas, pero ahora los
puertos serán más largos. El Moral son 12 kms, con un pequeño descanso a 3 kms
de la cima. Como no, salimos con un buen ritmo, y van cayendo los kms. Supongo
que por ser el primer puerto largo del día, no voy muy a gusto. Quizás mi
cabeza no se ha hecho aún a estas distancias y hace que las piernas no vayan.
Voy cerrando el grupo, llevado por estos cracks, aunque el Moral me come un
poco la moral. Al final conseguimos hacer cima, y justo arriba un control de chip. Le pregunto
al hombre, y me dice que vamos el 1010, y acto seguido le digo a Pai “ya vamos
el mil, hay 10 meando ahí al lado jejejeje”. De Toño, Juanjo y el resto ya no
sabemos nada.
Miguel, que ya lleva unos cuantos Soplaos en las piernas,
nos comenta que el próximo puerto es Fuentes, y si pasas Fuentes con buenas
sensaciones, el Soplao lo acabas fijo. Pues vamos a por Fuentes, no sin antes
sufrir la bajada del Moral, con dolores en las manos de tantas piedrecitas en
la pista.
Llegamos a Barcena Mayor, km 87 y tercer avituallamiento. Aquí
nos relajamos un poco. Miguel disfruta de unos columpios que hay al lado,
mientras yo me animo con la música y me pego un bailoteo. Eso sí, es hora de
sacar el primer gel. Hablamos con otros bikers, informándoles de lo que viene, 16 kms de subida, una bajada
y luego la subida a de Ozcava y alto Venta de Mostajo. Aquí nos comeremos la
gran parte del desnivel, y lo tendremos prácticamente hecho.
Manos a la obra. Comenzamos la subida, y esta vez, veo que
mis piernas ya van bien. Si las malas sensaciones en el Moral ha sido mi
pequeña pájara, vendita pájara, ya que ha sido muy bien llevada. Durante la
ascensión a Fuentes, descubrimos la tranquilidad de la montaña. Aquí ya no hay
aficionados animando, aquí solo estás tú, tu bici, y si tienes suerte, algún
amigo a tu lado. Y eso es lo que tengo yo, y hace que subamos mejor de lo
esperado este puerto. Solo los últimos 2 kms se atragantan un poco, por las
ganas de llegar, pero llegamos bien.
Bajada, donde seguimos sufriendo en las manos, y solo
pensamos en volver a subir, algo que no tarda mucho en pasar, con la subida
hasta Ozcava. Esta es mucho más corta
que Fuentes, pero va haciendo mella, ya que parece que no llega nunca el
avituallamiento. Con algo de sufrimiento, llegamos al tercer avituallamiento,
km 112. Cogemos fuerzas, y nos venimos arriba pensando que ahora toca un
buen cacho bajando. Zas en toa la boca,
quedaba subir al alto de Venta de Mostajo, unos 3 kms, pero que si no te lo
esperas son crueles. Pues nada, se hacen, que vamos a hacer jajajaja, y ahora si
que bajamos unos 14 kms hasta llegar a Correpoco. Gracioso Miguel, al que le
preguntamos que es eso de Correpoco, y nos responde, un cenagal donde, como
dice su nombre, corres muy poquito.
Al principio lo vamos haciendo bien, es un sendero anchete
con mucha piedra, donde notas que las ruedas van patinando, pero se va
complicando, con cada vez más barro y más piedras. Al final, se crea una fila
de bikers, donde si el primero pone pie, los demás también. En un momento,
Miguel sufre una leve caída, y Pai se nos aleja. Yo paro para ver como está, y
como está bien, me da paso. Pero al arrancar, aún sin calar el pie izquierdo, y
sin inercia, la bici choca con una piedra y salgo por orejas. El golpe es leve,
pero la bici golpea mi cuádriceps izquierdo, y con mucho cuidado consigo quitar
la bici de encima sin que me dé una rampa. Tras el golpe, los músculos se
estresan, y me pongo a estirar un poco, salvando la situación.
Pateando un ratillo, terminamos Correpoco, y nos reunimos
con Pai. Unos kilometrillos de bajada y nos plantaremos en el último puerto,
Negreo. Cuando llegas a Renedo de Cuabernica, ya puedes ver las impactantes
rampas de ese puerto. Lo primero que te
llega es el gran número de gente que se agolpa en los laterales de la subida,
dejando un estrecho pasillo por donde subir. La primera rampa ya te pone las
pilas. Mi gps marca un 23% y el puerto dura 6 kms, uff. Tras el primer esfuerzo, hay un avituallamiento,
donde decidimos parar a tomar otro gel, que lo que viene es duro. Venga, para
arriba!!!
La salida del avituallamiento es menos dura, y hasta
hablamos entre nosotros. Pai se viene arriba, y dice “por mis huevos que la
subo”, a lo que yo respondo “aquí tienes los míos”, pero el continúa “aunque
sea andando jejejeje”. Pues vamos haciendo, y llegan nuevos repechos que llegan al 25%. Se hace
duro, pero el orgullo hace que vayas tirando hacia arriba. Miguel pierde unos
metros, pero aguanta encima de la bici. Pai y yo seguimos. Van cayendo las
rampas, pero parece que no se acaben nunca. Pai, en una de ellas, decide poner
pie ya que el gemelo le está dando guerra. Pero es muy poquito, y en la
siguiente curva vuelve a montar a su Ditec. Con metros de distancia, voy
subiendo, notando que ya no hay rampas tan duras. Sin darme cuenta, tengo a Pai
pegado a mí, y aparece el espíritu Strava (este puerto es mío), cambio
desarrollo y a tirar como un burro. Sigo apretando, cuando, ya muy cerca de la
cumbre, veo a Miguel comiéndome el terreno. No, eso no, y bajo piñones y lo doy
todo. Curiosamente, cuando parece que llegas al alto del Negreo, hay una pequeña bajada y vuelta a
subir. Pues a full también ahí.
Llegamos a la bajada, reunificamos, y a saborear lo que
queda. Como siempre, no existen la bajadas eternas, y en los casi 20 kms que
quedan para meta, nos toca subir cuando pasamos por Carmona. Aquí noto el
esfuerzo del Negreo, y me sitúo al final del grupo. Tras el pequeño repecho,
todo para abajo. Salimos a Ruente, haciendo los últimos kms por carretera. Estoy
flojo, ya no puedo dar relevos, pero se nos van uniendo varios bikers, y
hacemos un grupete majo con un ritmo bastante alto con el que llegaremos a
cabezón de la Sal.
Entrando en Cabezón, por fin aflojamos el ritmo, y vamos
saboreando la victoria. Como podéis imaginar, entramos los 3 en paralelo a
meta, rodeados de una gran multitud de aficionados, familiares, etc, que no
cesan de animar. La piel de gallina otra vez. Nos abrazamos, sí!! Somos
finishers del Soplao!!!
A Miguel y a mí se nos nota la alegría, pero la cara de Pai,
la cara de Pai lo dice todo. Las lágrimas que brotan de sus ojos, son las
lágrimas de alegría más bonitas que he visto nunca. Dios!!! Son contagiosas!!
Lo que ha conseguido este hombre en apenas año y medio es brutal, y merece todo
mi respeto. El apodo de Super Pai se queda pequeño. Un abrazo múltiple para
terminar nuestra entrada a meta. 10 h 45 exactos marcaba el reloj.
Nos vamos a la zona habilitada para comer y reponer fuerzas,
donde esperaremos al resto del grupo. Tras un buen plato de pasta, no tardan en
llegar Toño y Juanjo, 11h30. Seguimos con las celebraciones, contando cada uno
sus vivencias cuando llegan Pau, Marco y Jose, 12h18. Joder que bien, y se les
ve muy bien, pese que no hace mucho se ha puesto a llover y han tenido que
ponerse el chubasquero. Sin tiempo de reacción, Isma hace acto de presencia,
12h23, haciendo el Soplao en solitario, bravo campeón!! Otro, que con tan solo
un año haciendo mountain bike, ha conseguido terminar un gran reto.
Nos falta Roser, pero estamos convencidos de que terminará.
Mientras, decidimos que la gran mayoría vaya cogiendo camino del alojamiento
para irnos duchando y prepararnos para la gran cena donde celebrar el Soplao. No habíamos llegado al vehículo, cuando Pai y
Miguel, que se habían quedado a espera a Roser, nos informan de que ya ha
llegado. 13h vaya mákina!! Esta mujer no tiene límites, y por si fuera poco,
baja en 3 horas el tiempo del año anterior. Vaya subidón. A todo esto, el
whatsapp echa humo con todas las felicitaciones que nos llegan de nuestros
compañeros y amigos de club. Gracias amigos por estar ahí.
Tras acicalarnos todos, volvimos a Cabezón donde un buen cocido
Montañez y un solomillo terminó por recuperarnos del todo, ahh, y unos kalise jejejeje.
Algunos, disfrutamos también con la décima, pero eso es otra historia.
Todo el mundo a descansar, que al día siguiente hay que
volver a Barcelona. Un viaje tranquilo, donde disfrutamos de una quesada que
muy amablemente nos regaló la dueña de la posada. Una cervecita al llegar, y
nos despedimos hasta la próxima.
Y pensáis que aquí se acaba, pues no, porque las cosas hay
que celebrarlas bien, y que mejor que juntarnos otra vez el martes a las 8 de
la tarde en un bar del pueblo y ponernos tibios de cerveza y tapas, hasta
cerrar el bar entre un buen número de risas. Eso no tiene precio.
Ahora sí, nos vemos en otra.
¿Y ahora yo que digo?; nada, hombre, sigue con la boca abierta y aprende para cuando seas grande; felicidades a todos y un fortísimo abrazo, amigos; esto es lo que se conoce como ciclismo del bueno.
ResponEliminaFelicidades Sergio, una vez más Finisher!!!
ResponEliminaDebimos cruzarnos seguro en algún momento, a tenor de vuestros tiempos. Una pena no habernos reconocido!!!
Muchas gracias Jose, y felicidades también para tí.
EliminaTenías razón, esto no es la PDF y era difícil encontrar a gente conocida, que le vamos a hacer. Encontrarnos hubiese sido la hostia. habrá que ver en que nuevas aventuras nos metemos, y si coincidimos en alguna, habrá que verse para celebrarlo. Un saludo crack
Pues que sepas que entre el 14 y el 16 de Junio ciclaré por tu tierra, con una buena tropa de compañeros, haciendo la Pedals de Les Ports.
EliminaUff, me pilla lejos, y encima ese finde yo estaré en Olot, más lejos todavía. Que la disfrutes Jose.
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