Navegando por los entresijos de la Red, hemos encontrado un interesante
artículo publicado por AKITUBIKE que
trata sobre una cuestión verdaderamente interesante: el saludo entre ciclistas. Este vulgar acto, tan sencillo de
realizar y sin embargo tan difícil de convertirse en algo recíproco, es
un habito habitual en otras comunidades como, por ejemplo, la de los
'moteros', no estando igual de extendido en el mundo del ciclismo. La cuestión
es... ¿Por qué?
Los ciclistas, ya seamos de asfalto o amantes de las
piedras, el barro y las raíces, compartimos una misma pasión en común: las
bicicletas y el afán de superación a base de ejercicio físico duro e intenso.
También compartimos una vestimenta característica y muy distinguible, todos
equipados con prendas estrechas de lycra y coronados con una especie de hongo
de espuma que cumple la obligada función de proteger nuestra cabeza de
cualquier posible peligro. Y por supuesto, compartimos los mismos problemas y
peligros, tales como los vehículos que no respetan el metro y medio de seguridad al
adelantarnos o la posibilidad de sufrir un accidente ante cualquier obstáculo
imprevisto en el camino.
Tal y como pudimos leer en su día en la carta abierta a un ciclista escrita
por Alicia de la comunidad Rodadas, el mundo del
ciclismo, igual que sucede en otros aspectos de la vida, está repleto
de individuos que olvidan lo más básico de todo: un ciclista es todo aquel que rueda sobre una bicicleta; sin
importar marca o modelo de bicicleta, indumentaria utilizada, disciplina
practicada, género o condición. Ya seamos profesionales de la competición
o sólo principiantes que comienzan a pedalear, el respeto y la humildad hacia
cualquier otro/a ciclista es una de las cosas fundamentales que siempre debe
prevalecer.
El ciclismo es sinónimo de deporte, de amistad, de salud, de salidas en
grupo y de compañerismo. Es una verdadera comunidad a la cual cientos de
personas se suman cada día para disfrutar de las bicicletas y de la
naturaleza; quizá con distintos objetivos (divertirse, desplazarse, perder
peso, entrenar, etc) pero, al fin y al cabo, compartiendo una misma pasión. Un
ciclista en chándal con una bicicleta de paseo circulando por una carretera se
expone a los mismos peligros que un ciclista equipado con la mejor ropa y la
bicicleta más cara. Pero además de esos posibles peligros, el ciclista en
chándal quizá se esfuerza mucho más que otros ciclistas mejor equipados, y sólo
por eso se merece nuestro más sincero respeto.
¿Quién no se ha cruzado alguna vez con otro ciclista y no ha saludado?
¿Quién saluda a otro ciclista y, sin embargo, no recibe respuesta alguna? Todos
los que rodamos en bicicleta somos ciclistas, sin importar marcas ni equipo
empleado, y formamos parte de una bonita comunidad que cientos de miles de
personas comparten en todo el mundo. Saludar a otro ciclista (sea del tipo que
sea) no es un gesto obligado, pero tampoco es una gran molestia. Un
simple gesto con la cabeza, o levantar los dedos del manillar, o decir 'Buenos
días' o 'Buenas tardes', es suficiente para mostrar
nuestro respeto a otros ciclistas y demostrar que estamos orgullosos/as de
pertenecer (y de que otros pertenezcan) al fantástico mundo de los pedales.
Comentaris
Publica un comentari a l'entrada