El pasado sábado día 10 de abril daba lugar la 36a Rutes del
Montseny, que contaría con una buena representación de nuestro club y
que recibió un cambio de ruta respecto a los años anteriores, bonita y
dura en partes iguales.
Una hora antes de la
salida ya estábamos recogiendo los dorsales y preparándonos para la que
para mí y algun@ más fue la primera prueba del 2016.
Tuve
el placer de compartir la marcha con grandes compañeros y una numerosa
representación de Sprint Bike como Trapero, Roser, Jordi, Cáceres,
Lobato, Francisco, Marc, Mónica y Jose Luis.
Para
ser sinceros, había ciertos nervios por mi parte, al querer poner a
prueba los primeros frutos de un trabajo bien planificado de más de
cinco meses y ver si tanto esfuerzo realmente valía la pena.
A
las ocho daban la salida, y desde delante de todo salíamos todo el
grupo juntos. Los primeros kilómetros fueron bastante caóticos y
peligrosos, con la cursa neutralizada varios kilómetros, paradas,
arrancadas fuertes y algunas caídas.
El
problema de las salidas atrancadas, es que cuando reanudan, se va a
"full gas". Y así fue. Tal y como reanudó, empezaron a volar los
cuchillos y a imponer un ritmo fuerte, donde sólo te quedan dos
opciones: o descolgarte si se va por encima de tu ritmo o apretar los
dientes para no perder al grupo que abría la marcha.
Opté por lo segundo y realmente no me arrepiento.
Ya
con el grupo grande en cabeza y llaneando a más de 50km/h, llegamos
hasta el primer puerto; el más corto de la marcha, que subí a plato,
apretando el culo y pegado al grupo delantero, el Coll de'n Orri.
Después de una bajada muy rápida y peligrosa por el estado del asfalto, en seguida empezamos a subir el primer coloso.
Aquí
llegaba el momento de la verdad: o te descuelgas y buscas tu ritmo o te
lias a palos para aguantar el ritmazo de los primeros durante muchos
kilómetros.
Opté por lo segundo, ¡y vaya si tocó sufrir!
Me
sorprendió el gran nivel de muchos corredores (¡que ya ni hablar de
cicloturistas!), que en un puerto de más de 15km marcaron un ritmo
frenético, que aguanté forzando un poco la máquina.
"Como
en el siguiente puerto marque este ritmo, reviento" pensé... Después de
una rapidísima bajada por Collsesplanes, sin prácticamente descanso
alguno (más que una rápida parada en el único avituallamiento que paré),
dio inicio el segundo y último coloso hasta Sant Marçal.
Aquí
me vi obligado a bajar un poco el ritmo por culpa de un amago de
rampas, y afrontar los últimos kilómetros de puerto, con uno de ellos
realmente duro, con una media superior al 10%, con el piñón 25, ¡echando
de menos alguno más! jejej
Con el puerto en el bolsillo, me di cuenta que había coronado solo. No me preocupé, al venir la bajada.
Después
de una bajada frenética y muy emocionante de unos 20km, empezó el
llano, momento clave para ir con un grupo para poder hacer frente a los
40km de falso llano con viento en contra.
Seguía sólo. No quedaba más que mentalizarse a afrontar los kilómetros restantes tirando sólo.
Después de más de 15km de gran desgaste, por fin me alcanzó un grupo, con el que vi las puertas del cielo.
De
ahí a meta, un camino de rosas, para terminar mucho mejor de lo que me
imaginaba, con una media de 29,3km/h y un total de 5 horas y 10
minutos.
El siguiente compañero del club,
tardó unos 35' que aproveché para estirar y recuperar, llegó Jordi,
seguido de cerca por Trapero, que le siguieron Cáceres, Roser, Marc,
Jose Luis y Mónica, Lobato y por último Francisco.
Buen
sabor de boca, aún sabiendo que era la primera del año, que todavía
queda mucho entreno por hacer, y que hay por delante mucho margen de
mejora.
Pero sobretodo me quedo con muy buenas
sensaciones sobre cómo afronté las rapidísimas bajadas teniendo en
cuenta que siempre fue mi talón de Aquiles. ¿Acabará siendo uno de mis
puntos fuertes pronto? :)
¡Que grande es el ciclismo!
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